Tres días en París…el viaje tan esperado

Se trata de la tercera vez que voy a París pero cada viaje a esta capital europea es especial. La primera vez estuve con mis padres y mi hermana (y con más gente), un viaje que recuerdo con bastante alegría, además, ¡porque fuimos a Disney!  ¡Cómo olvidarlo! Y era mi primer viaje en avión…¡Cuánto ha llovido! La de aviones que he cogido desde entonces. La siguiente vez fue el año pasado para el cumpleaños sorpresa de María…Y esta es la culpable de que haya vuelto de nuevo este año con Pablo y mis amigos…Y me da que será la culpable de que volvamos…Cada vez ha sido por algún motivo especial…Esta vez estábamos ansiosas por conocer a la peque de María y ver a Mamá María…¡Cómo suena! Y qué ganas tenía de abrazarlas.

Meses esperando que llegara el momento y como todo lo bueno…pasó volando. Tres días que en realidad nos dio para mucho, para disfrutar de nuestros amigos y para hacer turismo por esta ciudad tan extensa y preciosa que jamás te cansas de ver. Todo comenzó con la gran bienvenida en el aeropuerto con una pancarta donde nos daban la bienvenida a los titos. Emociones, abrazos, primeras impresiones con la peque…Se nos caía la baba. Lo cierto es que fue una ventaja que nos recogieran en dos coches ya que ir desde París Charles de Gaulle al centro requiere aproximadamente una hora y algo en varios transportes (metro, transbordo + tranvía).

Nuestra primera parada fue en una boulangerie para tomarnos una gran taza de café y comenzar a probar los dulces de aquellos lares. Posteriormente fuimos a conocer la casa de nuestros amigos y después a nuestro apartamento. Decidimos quedarnos por Colombes ya que es por donde vive nuestra amiga. Un tanto alejado pero es lo que estábamos buscando. Además, ya se sabe cómo son los precios en París pero la verdad es que estaba bastante bien comunicada con el centro con el tranvía, las líneas de metro y el autobús. El apartamento donde nos quedamos fue un gran acierto. Altamente recomendable.

Este primer día fuimos a comer a la crepería que ya conocíamos bien por sus precios…Un crepe salado, otro dulce y bebida por cinco euros…¡Y en el centro de París! Si es que hay que saber dónde ir…Y nosotras teníamos a la guía perfecta.

Paseo alrededor del Sena, dejando de lado Notre Dame (no te dejan acercarte ahora demasiado después del incendio de abril). Anduvimos y anduvimos hasta llegar a la Basílica del Sacré Cœur (Sagrado Corazón). Aquí tienes la opción de subir andando por las escaleras o coger el funicular de Montmartre. El barrio de los pintores es digno de visitar, lleno de vida, mucho ambiente…y si quieres un retrato, este es tu lugar. Una grata caminata poniéndonos al día, observando los edificios, decidiendo con qué ático quedarnos…Y así hasta llegar al Moulin Rouge. Parada y foto forzosa. Lo cierto es que para ser el primer día y para no haber dormido nada la noche anterior…Demasiado aguantamos! Dudamos entre marcharnos a casa o pararnos a por una cerveza/birra…Y al final nos decantamos por lo segundo. Allí surgieron conversaciones….interesantes. Conversaciones que no teníamos a los 18…ni 20 años…Madre mía, ¡cómo cambian las cosas cuando te acercas a los 30!

Tras las interesantes charlas nos dispusimos a coger el bus para volver a casa. Al día siguiente fuimos a desayunar a casa de María que nos había preparado (comprado) un fantástico desayuno. Todo muy francés…Y…¡cómo estaban esas bolitas rellenas de chocolate! Nos acompañaron todo el viaje…  

La verdad es que todo el viaje giraba en torno a nuestra pequeña Carlota, no le quitábamos ojo. Ahora la coges tú, ahora la cojo yo, después me toca a mí darle de comer…Y así, jugando a ser mamá, a estos titos se les caía la baba. 

Después de este petit déjeuner nos dispusimos a patearnos París de nuevo. Comenzamos por el Arco del Triunfo…Nos quedamos un poco locos viendo los “carriles” que hay en la rotonda. ¡Qué tráfico! Una locura tener que coger el coche en esta zona. De allí fuimos paseando por los campos Elíseos hasta llegar a los alrededores del Museo del Louvre. En esta ocasión no entramos. Si te gusta el arte, es una visita que debes hacer  sí o sí…Pero tampoco es necesario repetir. Los alrededores son muy bonitos también. Allí te encuentras a todos los turistas haciéndose la misma foto…El año pasado, con mejor tiempo y en manga corta recuerdo que me tiré allí en el césped. Esta vez el tiempo era diferente pero mucho mejor de lo que esperábamos. 

De allí fuimos a un restaurante francés, “Chez Gladines”, para comer algo propio. La verdad es que la comida estaba exquisita y era abundante. Algunas mezclas un poco raras pero merece la pena innovar…Lo digo por la “Salade 5 diamants”, aún estoy intentando entenderla pero estaba buenísima y era muy completa. Yo me pedí el poulet basquaise  (pollo con verduras y salsa picante). Aunque si tuviera que recomendar un plato sería el “Escalope montagnarde” (Especialidad de la casa con patatas, jamón, filete de ternera cantal y salsa de crema de champiñones.)

Después de este gran almuerzo nos quedamos un rato allí con café incluido y ya por la tarde nos fuimos a ver la Torre Eiffel. No te cansas de ver este monumento. Tan bonito de noche, con sus luces encendidas, como de día. Para gustos los colores. De allí nos dirigimos a un bar/barco para tomarnos una cervecita y…plantear nuestro próximo viaje. De un viaje siempre sale otro viaje.

Tras la cerveza nos reunimos en casa de María con Sebastian y Lauren a los que tenía tantas ganas de  volver a ver. Noche de pizzas, charlas, cervezas. Lo que decía, tiempo para todo. Además, gran noticia que me confirmaran que en Navidades también van a venir los franceses a Chiclana. 

La mañana siguiente el grupo se dividió. Algunos decidieron optar por ir a un

mercadillo por el centro de París. En cambio, Pablo y yo optamos por visitar los jardines de Versalles… ¡y qué gran decisión! Yo había estado allí solamente la primera vez que visité París y no  recordaba su inmensidad y belleza. Mereció la pena volver aunque no entramos en el castillo…Colas enormes. Además, nosotros somos de disfrutar caminando por los jardines. Allí teníamos para no aburrirnos. Además, posamos para un fotógrafo. Luego dimos una vuelta por la ciudad, por su “Plaza de Abastos”, por sus calles…Tiene su encanto también aunque allí, al salir de los jardines, ya nos cogió la lluvia.  Nos reunimos de nuevo con nuestros amigos para comer en una hamburguesería que no estaba mal y de allí a hacer las compras para la cena. ¡Cena de sushi que nos preparó María con ayuda de algunos! Hacía tiempo que le había dicho que si lo preparaba ella lo probaría. Y la verdad es que…¡estaba todo delicioso!. Yo mientras preparaban (y empezaban a comer) le daba de comer a la peque. Como decía, este viaje estaba marcado por la pequeñaja del grupo, así que no puedo pasarla por alto. La noche estuvo muy bien…pero ya nuestro tan deseado viaje llegaba a su fin…Tantos meses preparando el viaje, con esas ganas de conocer a la peque, de ver a la familia al completo, de ver a nuestra amiga que no nos podíamos creer que había sido madre…Salir de su casa nos produjo una tristeza enorme. Siempre hablo de las despedidas…¡pero es que es verdad! Siempre nos estamos despidiendo de las personas a las que queremos. La parte positiva es que conocemos bien a nuestra amiga y sabemos que hará siempre  lo posible por venir a Chiclana, como siempre ha hecho. 

Un viaje perfecto en el que, como cada vez que estoy con vosotros, siempre estamos riendo y pasándolo genial. Grandes compis de viajes, cada uno con sus manías 😛 pero con los que estoy siempre dispuesta a repetir. Además, en esta ocasión también me hacía ilusión compartirlo con Pablo, ya que era su primera vez en París y quedó maravillado. París es París.

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DATOS INFORMATIVOS

—> El transporte suele ser de los gastos más importantes en París por lo que recomiendo pillar alguna tarjeta o el bono diario que incluye 10 viajes (bus, metro, tranvía). Siempre va a salir más económico esto que comprar un billete single. También depende de los días que vayas a estar. Existen varias opciones.

https://www.paris.es/ticket-t

—> Si no estás muy acostumbrado al metro…Es mejor que te hagas con un mapita antes de ir a París, ya que hay bastantes líneas. Pero ¡todo es ponerse! Y las comunicaciones están genial. Sin lugar a dudas, moverte en metro es la mejor opción. (A veces no está mal coger el bus para así poder disfrutar de las vistas). 

 https://www.paris.es/metro

—> Restaurante  Chez Gladines por el centro. Todo un acierto. https://chezgladines-butteauxcailles.fr/fr/services

—> Si tienes interés en entrar en los museos (yo lo haría si vas por primera vez) entra en el siguiente enlace para ver el precio: https://www.paris.es/paris-museum-pass

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