La otra cara del Erasmus

Opinión

Hace cinco meses leí un artículo de opinión un tanto comprometido que me llamó mucho la atención y me ha venido hoy a la cabeza. El artículo es del señor Salvador Sostres, tal vez para comprender su estilo habría que indagar un poco en su peculiar recorrido periodístico, ya que la polémica ha sido un sustantivo que ha acompañado al catalán desde que comenzó a escribir columnas y artículos de opinión. 

En este artículo Sostres critica a una joven por querer irse de Erasmus a Florencia, teniendo pareja en España, y no ve la necesidad de que se tenga que marchar en este momento.  El columnista utiliza palabras grotescas, invito a que lo leáis, tal vez os sintáis identificados, tal vez no.  En resumidas cuentas, lo que dice es que los Erasmus se van “de vacaciones”, para intentar ligar (yo prefiero utilizar un eufemismo) y emborracharse, y  por tanto, es un dinero malgastado de los padres de los jóvenes. También veo que es un poco machista cuando escribe lo siguiente, tu novio es un imbécil si te dejar marchar a Florencia, ¿en qué siglo vivimos? ¿Acaso he de pedir permiso a mi pareja para poder vivir una experiencia que quizás llevaba años tratando de vivir? Tal vez, muchas personas se sientan identificadas con el relato, pues puede que, tras haber vuelto del Erasmus, hayan encontrado pareja en el extranjero y hayan dejado a sus respectivos novios pero ¿no ocurre esto diariamente en el mismo lugar en el que vivimos? Podemos cruzar la calle y enamorarnos del joven atractivo con sonrisa perfecta que también se llame Mateo, parafraseando a Sostres, regalo de Dios, y surge el amor. 

Turismo por Florencia

Es cierto que existen muchos jóvenes que se van de Erasmus pensando en fiestas, alcohol, ligar, traer más dinero de vuelta, entre otras cosas. Hay de  todo en la vida. También hay un vídeo que ha sido muy comentado en Youtube  y en otras redes donde algunos han dicho que sienten vergüenza y que no se sienten reflejados con estos chicos que aparecen, otros en cambio, dicen que deberían quitarles las becas. Es tan sólo un vídeo, no la representación de España en el extranjero (tampoco lo son para mí los cantantes españoles que van a Eurovisión). Así que, ni creo que España se reduzca a un grupo de jóvenes en el extranjero  exaltando los valores nacionales ni tampoco creo que por un vídeo inocente deban quitar una beca, sólo mi opinión. 

 

Además, son muchos los que van para cultivarse como personas, aprender idiomas, conocer otra cultura, otros lugares y ver el mundo desde una perspectiva diferente. No es ello tan idílico como pueden pensar algunos, pues son varios los testigos que han contado sus experiencias y dicen que se puede combinar la fiesta, viajar a otros lugares y el aprendizaje, y tampoco les ha ido mal.  Todo no es blanco o negro. 

Para este señor no tiene ningún sentido irse de Erasmus, lo deja claro, pero son muchos los que vienen queriendo repetir, encantados de haber conocido a personas de diferentes países, culturas y haber entablado unas amistades preciosas. Quizás surja el amor, quizás se fuerce, pero no creo que se tenga más libertad fuera de tu propio país. También había momentos para divertirseHay quien estudia fuera de su ciudad y está todo el día de fiesta, hay quien hace botellón todos los fines de semana sin necesidad de tomar un avión y hay quien tiene pareja en la misma ciudad y se la está pegando con otro del mismo lugar.

No sé si su pareja estuvo de Erasmus, le abandonó y le rompió el corazón; si su hija regresó  de Italia con un bombo o si su hijo se ha desentendido de su futuro bebé italiano, pero creo que su opinión no tiene mucha base y ha generalizado demasiado. Deje a los jóvenes divertirse y disfruten de su juventud. 

Fuentes

Textos: Propio usando los siguientes documentos online:

Fotos: Cedidas por María José Reyes y subidas a Flickr.

Vídeo: Subido a youtube.

5 comentarios en “La otra cara del Erasmus

  1. Es cierto que, en ocasiones, parece que los chavales pierden un poco el norte. Un amigo creó un grupo en Facebook titulado «Nacen, crecen, les dan la Erasmus y se vuelven gilipollas», y es cierto que ese estereotipo del «orgasmus» descerebrado y sin otra meta que el sexo y la fiesta existe. Sin embargo, esto no es algo generalizado, y existen muchísimos estudiantes que aprovechan enormemente su estancia en todos los sentidos posibles. Y, además, defiendo que no solo importa lo académico, y que la experiencia vital que supone una beca erasmus es también algo interesante y que no cabe despreciar. ¿Entra ahí enamorarse o «pillar cacho»? Claro, ¿por qué no? ¿Tiene algo de malo? Pero también entran muchísimas otras cosas que, sin aparecer en el currículum, se suman a la experiencia vital del alumno. Con sus defectos, el programa Erasmus es una de las mejores iniciativas de la Unión Europea en materia de educación.

    PD. Respecto a Salvador Sostres, bah, mejor no opino de semejante personaje. Se nutre de la polémica, y no hay que darle el gusto.

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